Madame fait du sport 12

MADAME FAIT DU SPORT (1908). Pathé Frères

Mujeres deportistas de la Belle Époque. Madame fait du sport

Descubrir recientemente Madame fait du sport refuerza mi convencimiento de que el cine se hacía eco de mujeres heroínas y fuera de lo establecido ya desde sus inicios. Apreciemos, como digo siempre, al cine mudo desde otro prisma, quitémonos esa impresión de superioridad cuando volvemos la vista atrás y admitamos que en él cabía todo. Desde la aparición de recursos visuales provistos de una enorme expresividad, pasando por temáticas vigentes en su tiempo, hasta la presencia de cambios sustanciales en una sociedad que asistía a una metamorfosis sociocultural. En especial, en lo que respecta a la mujer, hay innumerables películas (y las que se habrán perdido por distintas causas) en las que el protagonismo recaía sobre lo femenino, sobre mujeres que exhibían su valentía, su maltrato, su capacidad de sufrimiento, su presencia en varias esferas sociales y otras que desafiaban las convenciones. Chicas que servían de ejemplo a las espectadoras y con las que identificarse que gozaron de relevancia en su presente, pero que el tiempo u otros intereses espurios ensombrecieron.

Este corto de 205 m (unos 10 min.), producido por Pathé Frères, está marcado por un protagonismo femenino absoluto (se desconoce el nombre de la actriz) con esa señora de clase social alta a juzgar por la vestimenta, lujos de su hogar y la presencia de sirvientes que la acompañan. Según se puede leer en la página de la Fundación Jérôme Seydoux-Pathé «Madame es una mujer enérgica y apasionada por todo tipo de deportes. Como posee una gran fortuna, puede dedicarse a sus inclinaciones». Este trabajo ha sido incluido por la fundación en un programa agrupado por temáticas denominado Ah, les femmes!, dentro del ciclo Le Fond Pathé en 2015, dedicado a esta primera filmografía de la celebrada empresa cinematográfica. También ha sido programado con  motivo de los recientes JJOO en París junto a otros cortos relacionados con el deporte.

Revista La vie au grand air. Portada femenina deportiva

Revista La vie au grand air. Principios del s.XX.

Revista Fémina. Deporte femenino.

Aunque sus aspectos formales no posean una importancia que la haga pasar la historia (no se encuentran hallazgos visuales expresivos memorables), sí la tienen por su rodaje en exteriores (probablemente en Niza) y por atestiguar esa mujer deportista emergente de los inicios del s. XX que demandaba su emancipación, encontrando en el deporte una vía significativa. Apartando el estereotipo de mujer frágil tan extendido, reservado para lo romántico o la reproducción. Y así lo hace esta señora hiperactiva e independiente que pasa el día practicando diferentes disciplinas deportivas haciendo alarde de su versatilidad.

Resulta poderosamente interesante su existencia en ese tiempo y ahora por la firme y contundente convicción de exhibir un tipo de mujer audaz, vibrante, enérgica, que vive sola y es totalmente autónoma. Como interesante es también el reflejo de los inicios de la inclusión de la mujer en el mundo de la actividad física (no descarto profundizar más en ello, tal como he hecho en otras publicaciones de este fecundo mundo), terreno exclusivo del hombre que veía despegar un nuevo modelo de mujer activa y que iba extendiendo su estela por oficios y espacios desiertos para ellas.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Desayuno.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Sala de musculación. Estilo Sandow.

Así, surgieron exploradoras, aventureras, deportistas, aviadoras, conductoras de automóviles, normalmente salidas de clases sociales pudientes en las que la existencia del ocio y el dinero facilitaron estas empresas valientes contextualizadas en un surgimiento del feminismo y su causa como el sufragio u otras luchas en los albores del siglo XX. En Francia, la primera revista donde se hicieron eco del deporte femenino fue La vie aun grand air, al que seguirían Fémina o La vie heureuse. Y este hecho de la presencia femenina deportiva en los mismos años que Madame fait du sport expone la oportunidad del mismo y la veracidad de la exposición de ese tipo de mujer intrépida y atrevida que servía de punta de lanza, aunque aún habría de producirse un gran recorrido que la equiparara al hombre. Sin embargo, son unos comienzos de lo más prometedores, alzando a este sencillo y gran corto a lo más alto el cual revela que quizás no sea tan inusitado su guion en la época del cine mudo. No en vano, recuerdo que en el serial Gossette de Germaine Dulac salían unas mujeres jugando al tenis, así como en Koenigsmark de Léonce Perret, la capacidad de Jossette Andriot en Protéa de Victorin Jasset o la magnífica presencia de atletas femeninas en El hombre de  la cámara de Dziga Vertov. Asimismo, resultan muy relevantes la china La emperatriz del deporte o la habilidad en la montaña de Leni Riefenstahl de las películas mudas enmarcadas en el ‘Bergfilm’. Y para qué decir de esas «locas»e  hiperactivas mujeres reinas del serial y películas estadounidenses como Gene Gauntier, Ruth Roland, Helen Holmes y su doble de acción Helen Gibson, Pearl White o la canadiense Nell Shipman, entre otras pioneras.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Escalada montaña.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Equitación.

Pero vayamos a la historia en sí de Madame fait du sport. Vemos a esta señora de la alta sociedad levantarse temprano y desayunar bastante poco (signo de que pone énfasis en el cuidado de su nutrición aparte del cultivo al cuerpo) y dirigirse a una sala bastante barroca habilitada como gimnasio. Destacable resultan los elementos para trabajar la fuerza como las pesas y lastres del momento, así como el sistema de bandas elásticas y poleas que nos remiten a Eugen Sandow (1867-1925), el padre del culturismo (aparece en un corto de Edison), que comercializó sus equipos y difundió un estilo de vida sano, del que la protagonista del corto es una usuaria tal como aparece en la cronología y el guion de Pathé.

La señora se dirige rauda y veloz (una hora a cada deporte) y de forma sistemática a hacer escalada con su sirviente que la sigue a duras penas, para pasar a hacer equitación sentada de la forma que acostumbraban en esa época las amazonas con las piernas apoyadas de un lado facilitadas por una montura especial femenina. A continuación se cambia y se introduce en un lago para nadar un buen rato pasando a la carrera por una elevada carretera con pendiente en la que vemos al inicio al sirviente a su lado con un plano posterior en el que le saca gran ventaja. Este hombre no puede seguir la intensidad y el ritmo de actividades que le demanda su señora, siendo un fiel trabajador, pero haciendo muecas de burla cada vez que ella inicia la siguiente de forma compulsiva. Después le tocará un paseo en bicicleta, otro conduciendo una coche de caballos y un automóvil, revelando la modernidad de la mujer (pioneras de la conducción). Pero no queda la cosa ahí, todavía hay tiempo para remar en una barca y hacer esgrima con hombres a los que gana con solvencia. ¡Qué mujer! Extenuados nos quedamos nosotros, mientras ella come tranquilamente y se dispone a cultivar posteriormente su espíritu tocando el piano, presentando una mujer integral. Y para complementar su fuerte personalidad, con la visita de un admirador, le despide airadamente con un puñetazo, reforzando su imagen de mujer autónoma y firme, hipérbole de alguien que no necesita a nadie para autoafirmarse.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Natación.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Carrera continua.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Bicicleta.

Algo que llama la atención es la indumentaria que lleva la protagonista durante su día multideportivo. Tan diferente al de los hombres de su tiempo, con vestidos apretados (aunque sin el apretado corsé que se estilaba en ese tiempo) en la cintura, excepto en la parte de fortalecimiento que es más holgado. Cuesta verla escalar y corriendo con botines de la época y vestidos largos con varias capas y chaqueta que dificultarían la respiración y transpiración, así como ese «traje de baño» tan poco hidrodinámico. Y es que la ropa deportiva tendría que evolucionar mucho aún, más que nada la femenina, que indicaba el peso cultural de no enseñar piel, bajo un recato que podía causar problemas de salud. El vestuario adaptado a la práctica del ejercicio físico sólo surgió a partir del siglo XIX, pero la elegancia y la sujeción primaron sobre la flexibilidad y la comodidad, quedando prohibidos los pantalones y ropa holgada.

Madame fait du sport fue proyectado junto con otros relacionados con la moda y el deporte en dos exposiciones (Palais Galliera y Musée des Arts décoratifs) con motivo de los JJOO de París de 2024. Reivindiquemos este trabajo de Pathé Frères y la visibilización de ese hervidero de mujeres que despuntaba a principios del s. XX que abrieron camino a las posteriores. Mujeres que demandaron su lugar, en las que el deporte se convertiría en un símbolo de su fortaleza social, su lucha y futuro de las que vendrían. Y valoremos que el cine mudo es mucho más moderno de lo que se cree, más visionario, vorágine de ideas vanguardistas, burbujeo incesante de exploración del mundo y de las posibilidades del cinematógrafo.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Remando en barca.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Puñetazo a admirador después de tocar el piano.

Madame fait du sport. Pathé Frères. Guión y diferentes escenas (tableaux) con su temporalización exacta.

Guión a máquina de escribir y diferentes escenas (tableaux) con su temporalización exacta.

Enlace relacionado.

Primeras películas con temática feminista

 

Estrella Millán Sanjuán.

estrellamillansanjuan.es

 

 

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