CONTE CRUEL (1930) de Gaston Modot
La tortura sin dolor físico. Conte cruel.
Conte cruel constituye uno de esos casos de películas fabulosas que no se presentaron en el momento que necesitaban. Estrenada en 1930 en plena euforia de la utilización del sonido en el cine, embarcarse en un producto silente representaba un riesgo que abocaba al fracaso a muchas películas que se veían caducas y pertenecientes a una etapa casi para olvidar. El actor Gaston Modot (famoso por su intensidad en películas de Buñuel, Carné, Feyder, Gance, Clair o Renoir) se encontraba rodando en un papel secundario La merveilleuse vie de Jeanne d’Arc de Marco de Gastyne (adorada por Chris Marker al ver de pequeño un plano de Simone Genevois).
Su amor por el cine y creatividad le hicieron rodar por la noche o entre tomas su propia historia, basada en un cuento de Auguste Villiers de l’Isle-Adam, dentro de los Contes cruels, llamado La torture par l’espérance, contando como asistente con el famoso guionista y dialoguista Charles Spaak.
Imagino que la falta de presupuesto por una precaria producción haría que se planteara sin sonido, que siguiera la estela del cine mudo y el expresionismo que brillaba en muchas películas anteriores imbuidas por ese movimiento artístico que reflejaba la psique mediante la plasticidad del uso de la luz o falta de ella. En este mediometraje las sombras son fundamentales, subrayadas en interiores rodados en mazmorras y pasillos estrechos grabados en el mismo sitio (la abadía del Mont-Saint-Michel, la basílica de Vézelay) que la gran producción de la que era su apéndice. Utilizando sus espacios, materiales, decorados o algunos miembros del equipo técnico y artístico.
El actor no podría continuar en la dirección por la invisibilidad de la cinta que sucumbió a las innovaciones tecnológicas que surgieron poco antes, quedando también a la sombra de la maravillosa película de Juana de Arco de Gastyne, creada con un planteamiento distinto a la de C.T. Dreyer. Sin embargo, hoy en día podemos disfrutar del excelente ojo de Modot para componer con tan pocos medios planos dramáticos , expresionistas, que recreaban el terror entre cuatro paredes y el contexto de la Inquisición española de Zaragoza en el año 1460.
La película se encuentra en perfecto estado, disfrutando de la restauración de la Cinémathèque française a partir de un negativo conservado en sus colecciones. (Enlace a película). Gran parte de su metraje está rodado en interiores, con escasa luz que enfatiza la sensación de claustrofobia del protagonista (el propio Modot), un hereje para la Inquisición que pasa sus últimas horas después de haber sido torturado e interrogado por los monjes sin obtener respuesta. El comienzo es excelente, reforzado por ese pasillo angosto salpicado de claroscuros tenebrosos entre paredes de piedra y una puerta al fondo donde se ve un farol de los torturadores.
Godot procura utilizar muchos recursos expresivos pasando de planos estáticos a otros muy dinámicos con cámara en mano que reflejan el estado alterado del protagonista, que casi no se tiene en pie. Un travelling en la sala de tortura parte de los sádicos monjes enmarcados entre las cuerdas y los artilugios punzantes para retroceder y ampliar el plano, al objeto de que veamos la dimensión de las atrocidades horripilantes que allí se deben cometer a diario. La cámara en mano es utilizada para el hereje a modo de visión subjetiva cuando escapa de la celda que se queda abierta y en el desarrollo de su fuga para acentuar su inquietud a ser descubierto.
También recurre a sobreimpresiones muy eficaces cuando cree haber sido atrapado, debido al enganche de la ropa en un clavo; o también para sugerir su mente alucinada por el pánico al llegar al claustro e imaginar que tres monjes se agolpan violentamente hacia él. Hay una parte con un montaje frenético que representa perfectamente las ansias por buscar la libertad en espacio abierto, mezclando muchos tipos de planos, enriquecidas con sinécdoques visuales de pies que representan a sus crueles carceleros.
La llegada al exterior cambia el tono totalmente. El montaje se ralentiza, se apacigua, y captamos perfectamente el sentimiento placentero del protagonista, que relaja la expresión de su rostro demudado para observar la naturaleza que le rodea, la luz natural, colocándole en sobreimpresión en la hierba. La sensación de ahogo se ha disipado, pero tenemos la certeza de que ha sido todo muy fácil y nos hace sospechar lo peor.
Si el «condenado a muerte» de Bresson nos hacía volar, captábamos el optimismo en la historia, con éste nos reduce a su sombra, a su infortunio, presa del sadismo de aquellos que dicen tener la voz de dios. La cruda y realista escena final nos conduce a la fatalidad sin necesidad de ver el proceso. La ubicación con el hereje andando más muerto que vivo por un cementerio habla de su final con una elipsis necesaria.
El director y crítico Marcel Carné escribió sobre ella en un artículo del nº 7 de la revista CINÉ Magazine lo siguiente (extraído de la página de la Cinémathèque):
«Nous savions aussi que Le Conte cruel, de Gaston Modot, avait été tourné au milieu des pires difficultés matérielles, à la « sauvette », comme disent les camelots. Ou, si vous préférez, entre deux prises de vues de La merveilleuse vie de Jeanne d’Arc, dans laquelle le créateur du Borgne de Carmen interprétait un rôle important ; il prenait un opérateur avec lui, assemblait deux ou trois projecteurs et tournait dans un coin inoccupé du décor».
(Sabíamos también que Le conte cruel de Gaston Modot, había sido rodada en las peores dificultades materiales, deprisa y corriendo, como dicen los vendedores ambulantes. O entre dos tomas de La merveilleuse vie de Jeanne d’Arc, en la que el creador de el Tuerto de Carmen interpretaba un rol importante. Se llevó un cámara, reunió dos o tres proyectores y rodó en una esquina desocupada del decorado.)
Gran trabajo de este actor, dotado de una gran aptitud para crear atmósfera, para incrementar el ritmo, construir puestas en escena con fuerza, dolorosas; para crear un fuera de campo latente del sadismo en una película en la que no se puede hacer más con menos.
Estrella Millán Sanjuán.
estrellamillansanjuan.es