QUI? (1916) de Léonce Perret
La investigación pionera. Qui?
Qui? representa otra de las películas germen del Polar francés (enlace a estudio) y consolida el interés del prolífico Léonce Perret (enlace a documento de la Cinémathèque française) por historias de misterio, investigaciones y crímenes como ya hiciera en Le mystère des roches de Kador, L’enfant de Paris , Le X noir, o Koenigsmark, entre otras. Obras excelentes que le colocan al nivel de su compañero en la Gaumont, Louis Feuillade, aunque con la impresión habida de estar algo a su sombra. Perret rodó muchísimo, pero es complicado acceder a su obra entre lo perdido o la dificultad de encontrar sus trabajos. Fue un director que trabajó en Francia, para marcharse después a EEUU y volver con aires renovados que le empujaron a acometer proyectos más orquestales como la citada Koenigsmark o La femme nue.
Cuanto más busco sobre orígenes del Polar, más hallo cortos o largos del gran Léonce Perret, y voy familiarizándome desde hace tiempo con su maestría, su cuidada puesta en escena, sus contraluces en ventanas, sus ambientes de lujo y otros cercanos a ambientes marginales que tan interesantes historias impulsaron. Este director está al nivel de sus coetáneos franceses como Victorin-Hippolyte Jasset, Louis Delluc, Gance, L’Herbier o el citado Feuillade, si bien Abel Gance a partir de los 20 eclosionó en una gramática sin parangón. Después vendrían otros vanguardistas geniales también.
En Qui? asistimos al misterioso asesinato de una anciana que vivía sola y a la que, alertados los vecinos por no salir de la casa, llaman sin cesar a la puerta, acudiendo al final a la policía. Un juez de instrucción se encarga del caso extraño, pues la mujer se hallaba muerta después de ser acuchillada por la espalda. Vivía en un semisótano con rejas y estaba cerrada la puerta con dos cerrojos y llave por dentro. Es muy interesante ver cómo en varias ocasiones se rompe la cuarta pared apelando a nuestras pesquisas a la vez que disfrutamos del proceso de investigación del juez que, ve implicado a un miembro de su familia política. La película, de una hora de duración, es ágil, con cambios de escenarios, abundancia de planos detalles de elementos que aportan curiosidad como el acta del asesinato de la mujer, telegramas o una carta final que resuelve el enigma. Una película realizada en esos años de seriales de Louis Feuillade tan famosos con crímenes e investigaciones que tanto gustaban al público, que seguían también los seriales por entregas literarios o acudían al asombroso Grand Guignol con sus historias grotescas y sanguinarias.
En ésta son destacables detalles como el dibujo con la interrogación o la imagen con tres interrogantes que remiten a Les vampires (1915) de Feuillade, la forma de realizar el tallaje por parte de un sastre con moldes de papel personalizados que se colocaban sobre una goma hinchable o la explicación que nos da un detective americano encargado del caso al público cuando cree haber resuelto la autoría del asesinato. Una forma de implicar al público de la época con ecos que llegan hasta ahora, más de cien años después y que nos entretienen con interés.

Qui, Quoi, Quand, Où. Les vampires (1915). Serial de Louis Feuillade con Musidora.
También están presentes sus claroscuros en ventanales, en este caso con los sugerente del humo de los puros tras una cortina, o su vocación de captar la profundidad de campo en ese teatro de variedades donde hay varias capas de personajes desde el primer término hasta las bailarinas del escenario que se ven lejos o lo sugerente de varios planos con reflejos en espejo.
Además hay un elemento reseñable que le vi también en L’enfant de Paris y es el paso de una habitación a otra cruzando el tabique que los separa que, aunque tiene reminiscencias teatrales, Perret le confiere un aire precursor del plano imposible que hemos visto en cine muy posterior. En definitiva, una muy buena apuesta por cine criminal, con momentos con sentido del humor cuando el juez se asombra por la compañía masculina nocturna de un contorsionista sospechoso que haya su coartada en él. Está muy bien contada y abre camino al género más genuino francés, el Polar, que tantas historias crearía y que vio a estos pioneros como sus referentes.

Detective americano mirando satisfecho a cámara al resolver el caso. Qui? Léonce Perret.
Estrella Millán Sanjuán.
Un comentario
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Deseando verla ,lo cuentas muy bien
Enhorabuena